|
Montes de Oca hacia el final era BarracasLaNueva, el edificio incendiado, tu cuarto medio enredado. El espejo en la mesita, el baúl y las cositas que guardabas ya sin llaves, la cama ciega enmarañada, el cobertor de feria y punzó. El techo verde y la luz que entraba tímida, aislada. Tus zapatos y alpargatas, el perfume que era flores, el gato Banjo y los colores que quedaban bien marcados. El vino fue, y fue demasiado como todo lo demás, y como todo lo de atrás que pesaba demasiado. La carta que no llegó, lo que no pudimos ver, dice Lucía que "no es una brisa porque tiene intensidad".
|
|
Pienso en ideas veloces que van desde el corazón hasta el cerebro igual que una exhalación.Tiendas de cinco&diez, cansados jugadores, columnas de colores en las peluquerías.Casas en cuyos largos y estrechos corredores son de iguales colores lasnoches&losdías. Y un puerto, un puerto es siempre un paraje bien querido, allí están la aventura el recuerdo y el olvido, y el ansia de partir que quién no la ha sentido?. Un puerto, las tabernas y el mar todo llovido.
|